Arizona abre las puertas a la MLB

El Día Inaugural es hoy una fecha aplazada, los entrenamientos primaverales son algo que no lo fue, los partidos de 4 horas son algo que hoy echamos de menos, la Serie Mundial es la Tierra Prometida a la que difícilmente llegaremos este año y los estadios son monumentos silenciosos a la normalidad que fue y quién sabe cuándo podrá volver a ser.

Antonio Vega, inolvidable cantautor español, parte de ese grupo del movimiento llamado 'La Movida Madrileña', Nacha Pop, dijo en la época posfranquista en esa canción llamada "Relojes en la oscuridad": "Mundo que fue, para sin dejar de serlo, lo será ”. La pregunta, no solo en el béisbol, sino en todas las actividades es: ¿cuándo?

Tratando de dar respuesta a esta pregunta sobre cuánto le hace al béisbol, analicemos los hechos hasta ahora, porque si bien es cierto que el reinicio de actividades y el regreso paulatino a la normalidad serán decisiones que tomarán los epidemiólogos y las autoridades de salud, lo que tenemos hasta ahora. Ahora puede darnos una idea de la fecha que MLB ha fijado como fecha para decidir sobre la posibilidad de jugar la temporada de este año o no.

Son relevantes aquí los convenios firmados a finales de marzo con la Asociación de Jugadores, especificando la concesión de anticipos salariales, en función de un criterio de antigüedad. Estos anticipos serían pagaderos hasta el 31 de mayo y ascenderían a 170 millones de dólares.

También recientemente, el comisionado Rob Manfred anunció una reducción en su salario en poco más de un tercio, un recorte salarial que también sufrirán otros empleados de alto nivel de la oficina de MLB. Ese mismo día se aclaró que MLB garantizó el pago a sus empleados hasta el 31 de mayo.

De esta forma, a entender bien pocas palabras, la fecha en la que MLB tomará una decisión parece no ser otra que el último día del quinto mes del año, a menos que la situación de la pandemia de coronavirus mejore antes, escenario que puede verse no factible.

Buenas noticias sería el aval dado en entrevista por el Dr. Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y quien es la máxima autoridad en materia epidemiológica en el país de las barras y estrellas. Esta eminencia médica dijo textualmente que, si se jugaba a puerta cerrada, si los jugadores y resto del personal mantenían una estricta cuarentena en los hoteles y se realizaban pruebas semanales de detección de virus, la temporada sería viable utilizando el llamado Plan Arizona, que fue inicialmente previsto para comenzar en mayo.

Este plan es para que todos los equipos jueguen en el estado de Arizona, utilizando los 10 parques existentes que normalmente se usan para la Liga Cactus en los entrenamientos de primavera, Chase Field para los Diamondbacks y algunos campos de béisbol universitarios. Todo a corta distancia, sin visitas monticulares, una zona de strike electrónica para no usar el árbitro en el plato de home, que para que funcione se tiene que colocar muy cerca del receptor, violando así las saludables medidas de distancia que debemos observar. los jugadores sentados en las gradas a metro y medio unos de otros, prescindiendo del uso de banquillos, entre otras medidas encaminadas a minimizar la posibilidad de contagio.

Hasta ahora suena muy lindo, porque el béisbol, a diferencia de deportes como el fútbol, ​​el boxeo, el baloncesto o el fútbol americano, donde el contacto con el oponente es muy cercano y recurrente, por su naturaleza mantiene una distancia saludable y se puede jugar sin alteraciones significativas. El gran problema es, nuevamente, la situación que prevalece cuando MLB debe tomar una decisión sobre la curva de contagio y el control de la pandemia en Estados Unidos.

Esto es fundamental, porque si las cosas no mejoran, habrá quienes objeten válidamente que se tengan que destinar 12.000 pruebas rápidas de detección de virus al mes para que haya béisbol si la gente normal sigue muriendo en números importantes en los hospitales de la Unión Americana. . También debemos considerar la posibilidad de que, si las cosas salen mal y se desata otra fuente de contagio en Arizona entre jugadores, entrenadores, árbitros y otro personal de logística, el golpe pueda ser brutal, de ahí que la decisión no sea un asunto fácil.

Su servidor está lejos de ser un epidemiólogo o algo así, sin embargo, de leer algunas opiniones de expertos al respecto, se puede pensar que el regreso a la normalidad será paulatino una vez controlada la pandemia y que habrá muchas restricciones, particularmente a todo tipo de eventos masivos, hasta que ocurra una de dos cosas: que se encuentre un tratamiento eficaz contra el virus, o que se desarrolle y aplique una vacuna eficaz en todo el mundo.

Esto tendrá un fuerte impacto en todas las actividades y el béisbol no es la excepción, ya que el 40% de sus ganancias están indexadas a la apertura de los estadios y al hecho de que compras un boleto, dos perritos calientes, una cerveza y una gorra ... Situación a lo que debe adaptarse mientras lo que conocíamos como normalidad es secuestrado por el virus. El mundo cambió y, lamentablemente para todos.

A pesar de esto, si el béisbol logra comenzar este año, incluso sin público, tiene una gran área de oportunidad para tener la escena deportiva prácticamente para él solo. Por ejemplo, destaca el caso del hipódromo Gulfstream Park en Florida, que el primer domingo con medidas de cuarentena, corriendo a puerta cerrada y sin que otros deportes los eclipsaran, tuvo apuestas online por 11 millones de dólares, una situación sin precedentes en tiempos normales con carreras ordinarias. Es decir, quienes no se voltearon para ver béisbol, ni siquiera para apostar, van a voltear para verlo, porque en la lógica de muchos apostadores, especialmente millennials, apostar al béisbol es mucho más fácil de acertar y cobrar que de estudiar y apostar en una carrera de caballos.

Los escenarios parecen complicados. No somos ni los comentaristas, ni los formadores de opinión, ni el propio comisario que dirá cuándo y cómo. Esto depende de los epidemiólogos y de nadie más.

Mientras tanto, hagamos nuestra parte quedándonos en casa, lavándonos las manos en la medida de lo posible, ayudando en la medida de lo posible a los golpeados por la desgracia y cumpliendo las medidas que dicten las autoridades sanitarias. Para comentarios, opiniones y pensamientos maternales, con mucho gusto les respondo en Twitter en @Alfonsolanzagor.

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